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No es lo mismo cuidar a un bebé que a un niño de 3 años, y bastante menos a uno de 8. Cada etapa tiene sus peculiaridades, y para que tus cuidados sean los adecuados debes conocer lo que cada niño necesita en función de su edad. Un bebé necesita comer a sus horas, dormir, llevar a cabo la digestión y mantenerse limpio.
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El entorno del bebé eres básicamente tú, mamá. Le ofreces todo lo que precisa y se siente seguro contigo. A lo largo de todo el embarazo sólo te ha conocido a ti, así que es muy normal que, al principio, seas tú su lugar preferido del mundo entero.
Lo primero: tu bebé y tú. Sí, esto es lo primero. Conque olvídate de inacabables visitas de “pasen y vean” invitando a pastas y cafés. Siempre y cuando lo necesites repítete: nosotros somos lo primero. Así que escoge de qué forma deseas pasar estos primeros días de tu bebé.
¿Te hallas bien? ¿Tienes ganas de recibir visitas? Si es de este modo, ¡adelante! Pero solicita a familiares y amigos algo de tiempo y seguro que lo comprenderán. Esos días son únicos y tu familia es esa que tienes enfrente. Cuidaos nosotros primero.
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1. La cura del cordón umbilical
El cordón umbilical, al dejar de recibir aporte sanguíneo se momifica y termina cayendo pasados unos días. El de qué manera curarlo depende un tanto del hospital en que el bebé nazca, pues hay quien recomienda utilizar alcohol de 70ºC, hay quien dice que solo agua y jabón y hay quien afirma que no es necesario hacer nada.
Todas las resoluciones son correctas , pues en una revisión de estudios realizada por la OMS en 2004, en que se incluyeron 22 estudios con 8.959 bebés, vieron que era indiferente de qué forma se curara el ombligo al cotejar la utilización de antiséptico con el precaución del cordón en seco. Así que en el fondo da igual de qué forma curarlo (siempre y cuando no se utilice povidona yodada). En caso de que huela mal o supure, es necesario llevarlo al pediatra.
2. La ropa en los primeros días
¿Abrigarlo? ¿No abrigarlo? Durante los primeros días es interesante tener al bebé parcialmente abrigado, ya que viene del útero materno donde estaba a una temperatura alta en comparación con el exterior. No pasarse, pero no ponerlo precisamente como vamos nosotros, o si va igual, tener claro que estamos en un ambiente donde no puede pasar frío. Una vez pasan los primeros días, se frecuenta decir que hay que vestirles con una manga más que nosotros.
Es una forma de argumentar que tendrían que ir igual que los mayores , pero con una capita fina mucho más , pues ellos no regulan la temperatura como nosotros y, además de esto , no tienen la cantidad de grasa que nosotros sí poseemos y que en cierta manera nos resguarda (y no hablo de sobrepeso ni nada parecido , sino más bien de que ellos tienen una piel muy finita y nosotros, aun delgados, no tanto).
Lo ideal en este sentido es tocarles la zona del cuello y la espalda. De esta forma entenderemos si están confortables o si tienen frío o calor.
3. El baño
A lo largo de un buen tiempo los bebés se bañaban cada día tanto por higiene como por aquello de que se quede relajado antes de ir a reposar. La verdad es que no todos se relajan (varios se lo pasan pipa y van de la bañera mucho más lúcidos de lo que entraron) y bañarlos todos los días puede ser demasiado. Y es que el baño reseca la piel, suprime las bacterias naturales que disponemos y varios bebés sufren después las consecuencias , en forma de eccemas y también infecciones cutáneas. Vamos, que lo aconsejable es mojar al bebé cada dos o tres días, y en los días que no lo bañas realizar algún cambio de pañal con agua y jabón.
¿Que de qué manera bañar al bebé? Con el agua a temperatura adecuada (unos 36 grados), en un lugar donde no haga frío y con todo dispuesto para después. Ahora viene el verano y no hay mucho problema , pero en época de frío es atrayente secar bien al bebé, sobre todo en los pliegues, y después secarlo y vestirlo veloz.
4. La crema tras el baño
De igual manera que el baño se acostumbra realizar cada día, o se hacía cada día, lo de poner crema tras el baño parece también algo que deba hacerse sí o sí. La verdad es que los primeros días sí es interesante , pues en muchos casos los bebés se «pelan», pero pasados los primeros días un bebé no frecuenta requerir ni cremas ni aceites ni prevención de culito. Según la AAP (Asociación Americana de Pediatría) “un bebé no necesita que le pongan habitualmente cremas, aceites ni talcos”.
Esto no quiere decir que sea malo, sino más bien sólo una cuestión práctica y económica. Si la piel del bebé está bien no hace falta poner nada. Si está un poco seca por algunas zonas, pues se le pone crema de bebé (crema mejor que aceite, que hidrata menos) en esas zonas, o si se quiere en todo el cuerpo hasta que no queden zonas secas.
Como consejo, si se explota el instante de poner la crema para hacerle algo de masaje al bebé, yo sí lo haría todos los días, pero no por la crema, sino por el masaje. Es un instante de cariño hacia él y esos momentos son muy importantes para ambos.
5. El cuidado de las uñas
En las uñas no se debe realizar nada particular alén de cortarlas cuando realice falta. Muchos progenitores creen que no se tienen la posibilidad de recortar hasta el momento en que los bebés tienen un mes, o una edad específica. La verdad es que no hay una edad mínima para cortar las uñas de un bebé. Es más bien una cuestión de lógica. Si el bebé tiene las uñas largas ya que se cortan, tenga la edad que tenga.
Puede hacerse con una lima o puede hacerse con unas tijeras de punta redonda y es mejor hacerlo en algún momento que esté relativamente relajado. De todas y cada una maneras , debemos sostener bien su mano, no sea que un movimiento nos lleve a recortar lo que no debemos.
6. Los ojos, las orejas y la nariz
Con los ojos, las orejas y la nariz no hay que hacer nada, pero caso de que realice falta, merece la pena entender de qué forma llevarlo a cabo. Si hay legañas , que al principio puede ser frecuente pues los conductos lagrimales no en todos los casos funcionan bien y no limpian el ojo como debiesen , se limpian con algo de suero y con una gasa que limpie de dentro hacia afuera y después tirándola (únicamente una pasada por gasa).
Si vemos cera, solo limpiar la parte de cera que veamos , la del exterior, y mejor no utilizar bastoncillos. Como les dijimos hace unos meses , la mejor forma de adecentar las orejas es con el codo. Esto es , no meter nada dentro.
En el caso de la nariz, si notamos que tiene moquitos y no respira bien, dado que ellos no sacan los mocos de manera voluntaria , se aconseja emplear suero fisiológico. El modo menos agresivo de hacerlo es echarlo de a poco , gota a gota, por los agujeros nasales, de forma que el moco se vaya diluyendo y salga mucho más de forma fácil por la nariz o bien se lo trague.
7. Cómo limpiar la región del pañal
Como ya os he comentado antes, lo idóneo es hacer al menos un cambio cada día con agua y jabón. Si tienen la posibilidad de ser más , ya que mucho más , que siempre limpia mejor que las toallitas. La dirección que empleemos para limpiar es esencial , porque según cómo lo hagamos llevaremos los restos hacia el sitio donde quitamos la mano. Es esencial , entonces, hacerlo desde los genitales hasta el ano. De arriba a abajo , para que las heces no vayan hacia los genitales, sino todo lo opuesto.
8. Cuando el culito se escuece
Si después de limpiarlo no está irritado no hace falta poner nada. Si se irrita, les ponemos pasta al agua en los cambios de pañal hasta que la zona perianal esté otra vez rosadita y sanita. Una manera de hacer crema de bebés casera es utilizando una mezcla de maicena y aceite de oliva, que también marcha.
9. El lavado de la ropa del bebé
La piel de los bebés es bastante frágil y frecuenta contestar de manera fácil a cualquier «agresión». Seguramente habréis sentido que si les cogéis desnudos quedan marcados nuestros dedos en el transcurso de un rato. Para evitar probables reacciones, es recomendable lavar la ropa del bebé por separado , confirmarnos de que se aclara bien y a ser posible no usar suavizante, ya que hace muchas reacciones alérgicas en la piel (granitos , enrojecimiento, etc ). Resulta conveniente realizar lo mismo con sus sábanas y mantitas y con las nuestras si el niño acaba en nuestra cama o duerme alguna siesta en ella.
10. Cortar o no cortar el pelo
El corte del pelo del bebé se hace también por una cuestión de estética. En los primeros meses frecuenta desplomarse una gran parte del pelo de bebé y varios se quedan prácticamente pelados. Luego , hacia los seis meses, comienza a salir el pelo definitivo. Cortarlo no hará que el pelo salga mucho más fuerte, así que unicamente se hace si los progenitores consideran que el bebé va a estar mejor con el pelo corto. Para esto tienen que usarse tijeras con la punta redonda (la cuchilla está totalmente desaconsejada y el cortapelo puede hacerle daño) y tener al bebé relajado para no hacerle daño.
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